La pasión con la que se hacen las cosas marca la diferencia entre lo bueno y lo excelente. Amo mi trabajo y por encima de todo disfruto haciendo lo que mejor se me da. Creo en ello, y por eso hablo con pasión e intento trasmitirlo de la misma forma. A la gente le encanta bajar al invernadero y charlar con Jesús y conmigo. Posiblemente ellos sepan mucho mas de cultivos que nosotros mismos, pero aun así nos dejan hablar. Nos permiten trasmitirles nuestras sensaciones y nuestro entusiasmo porque disfrutan escuchando a dos jóvenes que ponen tanto amor en lo que hacen.
Ya hemos cortado nuestros primeros frutos del invernadero. Hemos obtenido nuestros primeros tomates y chiles y porque no decirlo, nunca he probado algo tan bueno. Al fin y al cabo son mis hijos, por los cuales he estado luchando durante todo este tiempo.
Este domingo tenemos previsto sacar la primera cosecha de chiles y tomate. Ahora están en el mejor momento del mercado, sus precios están inflados coincidiendo con las navidades y los alimentos que se preparan para tales fechas. Por eso estamos deseosos de cortarlos y venderlos, porque al fin y al cabo de eso se trata. Les crías durante toda su vida para que cuando se hagan adultos todos puedan disfrutarlos y así es como un padre se siente más orgulloso de sus hijos.
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